Monumento en Memoria de los Judíos Asesinados de Europa

El Monumento en Memoria de los Judíos Asesinados de Europa está en el centro de Berlín y es el memorial más importante en Alemania que recuerda a los judíos asesinados. Este lugar recibe la visita de cerca de medio millón de vistantes por año.


Origen del monumento
Al principio de los 90 se planteó en Alemania un intenso debate entre los partidarios de conmemorar de alguna forma el Holocausto y los que opinaban que con esto se removería la sensación de “vergüenza colectiva” presente entre los alemanes.
Al final ganó la tesis de quienes defendían que, si bien las nuevas generaciones de alemanes no tenían que sentirse culpables del pasado, sí eran responsables de mantener viva su memoria.
Para el recuerdo se eligió la ciudad de Berlín, y dentro de ella su mismo centro, al aire libre, entre la Puerta de Brandeburgo y la plaza Potsdamerplatz, próximo al búnker en el que Hitler se suicidó, ironías del destino.
El monumento fue inaugurado el 10 de mayo de 2005, el autor es el arquitecto Peter Eisenman y está compuesto por 2.711 bloques de cemento a distintas alturas puestos en fila, en lo que pretende ser una especie de laberinto o cementerio que transmita la sensación de desorientación, angustia e impotencia que debieron sentir los judíos en los campos de concentración nazis.
Estética y significado
No se trata de un monumento bonito o feo, que pueda gustar más o menos, simplemente es impresionante, y una de las experiencias que llevarás contigo cuando haya terminado tu viaje.
Está abierto durante las 24 horas del día para aquél que quiera entrar en una atmósfera propicia para la reflexión sobre ésta y otras guerras, que en todas las épocas se han cometido barbaridades. Pero en esta ocasión, los judíos no han olvidado (han hecho bien) y han puesto todos los medios a su alcance para que nadie se olvide; los alemanes, por su parte, han reconocido su responsabilidad, pagando las compensaciones impuestas por el genocidio nazi (hasta hoy, más de 25.000 millones de euros) cosa que no es común en el resto de los países del mundo.
Debajo de la explanada en donde se encuentran los bloques, hay un “museo” subterráneo que nos muestra la historia de personas que sufrieron ese infierno a través de fotografías, proyecciones, documentos y objetos personales de las víctimas como cartas o diarios. La verdad es que uno sale de allí con un cuerpo extraño, pero la visita es del todo recomendable. Aconsejamos ir al atardecer, cuando el juego de las sombras le da un aspecto casi tenebroso.
Críticas al monumento
La crítica a este monumento es que el exterminio nazi se cebó con los judíos, de hecho murieron casi seis millones, pero no fueron los únicos. Homosexuales, retrasados mentales, gitanos o comunistas murieron en las mismas circunstancias, viviendo el mismo horror ¿por qué sólo se recuerda a los judíos? Al final, queda la sensación de que, en gran parte, es una cuestión política y, claro, el poder y la capacidad de influencia de los judíos no tiene nada que ver con los que puedan tener otros colectivos.
Información práctica para la visita
Audio Guía
La visita con audio guía, ofrece una visión de la historia y de la dimensión europea del holocausto.
Idiomas: alemán, español, francés, hebreo, ingles, italiano, holandés, polaco y ruso
Precio: 4 euros (reducido 2 euros)
Campo de pilares
Todos los días, acceso las 24 horas
Centro de Información
Abril – septiembre: martes – domingo 10 – 20 horas (última entrada a las 19.15 horas)
Octubre – marzo: martes – domingo 10 – 19 horas (última entrada a las 18.15 horas)
Días cerrados: 1 enero, del 24 al 26 diciembre
Entrada gratuita
Dirección
Cora-Berliner-Straße 1, 10117 Berlín
www.stiftung-denkmal.de

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